Discurso del Primer Ministro Shinzo Abe en el Parque de la Paz en Nagasaki
Sábado 9 de agosto de 2014
Traducción provisoria
Hoy, en esta ceremonia en el Parque de la Paz en Nagasaki, expreso aquí respetuosamente mis sinceras condolencias a las almas de las víctimas de la bomba atómica. También extiendo mi sentida solidaridad a quienes todavía sufren las secuelas de la bomba atómica.
Una mañana como hoy hace 69 años, una sola bomba privó de sus valiosas vidas a más de 70.000 personas. Incendió por completo y destruyó los hogares de alrededor de 120.000 personas. Aquellos que sobrevivieron se vieron forzados a sufrir el padecimiento de enfermedades o discapacidad así como también tribulaciones indescriptibles en sus vidas cotidianas.
Nosotros, que vivimos la agonía de bombardeos atómicos no sólo una sino dos veces, a pesar de esas duras pruebas, soportamos el sufrimiento y el pesar y nos pusimos nuevamente de pie, reconstruyendo nuestra patria y volviendo a hacer de Nagasaki una bella ciudad. Hoy es también un día en el que ofrecemos solaz a las almas de las víctimas y extendemos nuestro agradecimiento a los intensos esfuerzos y logros de nuestros antepasados.
Por ser el único país en la historia humana que experimentó el horror de la devastación nuclear en la guerra, Japón tiene la ineludible responsabilidad de hacer realidad “un mundo libre de armas nucleares”. Tenemos el deber de continuar comunicando a la siguiente generación y al mundo, la inhumanidad de las armas nucleares.
El año pasado, en la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre Desarme Nuclear, manifesté mi determinación de hacer realidad “un mundo libre de armas nucleares”. La resolución sobre el desarme nuclear presentada por el Gobierno del Japón contó por primera vez con más de 100 Estados co-patrocinantes y fue adoptada por una mayoría abrumadora. En tanto trabaja para la pronta entrada en vigor el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, Japón también promueve un desarme nuclear realista y práctico instando directamente a los jefes de Estado y de gobierno de países relevantes a ratificar el Tratado y a través de otras iniciativas.
En abril de este año, se llevó a cabo en Hiroshima la Reunión a nivel Ministerial de Ministros de Relaciones Exteriores sobre la Iniciativa de Desarme y no Proliferación. Desde este escenario donde hubo un bombardeo atómico, transmitimos con fuerza nuestros pensamientos al mundo. El año próximo será la trascendente conmemoración de los 70 años del bombardeo, y también se reunirá la Conferencia de las Partes encargada del examen del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, que se lleva a cabo cada cinco años. Intensificaremos aún más nuestros esfuerzos para hacer realidad “un mundo libre de armas nucleares”.
Hay individuos que todavía soportan el dolor y el sufrimiento causados por la bomba atómica y esperan ver reconocido que padecen una enfermedad derivada de la bomba atómica. A fines del año pasado, el Gobierno del Japón implementó una revisión de los criterios para otorgar ese reconocimiento, teniendo en cuenta las conversaciones mantenidas con las personas pertinentes a lo largo de tres años. El Gobierno continuará realizando esfuerzos de buena fe para permitir que una gran cantidad de personas puedan recibir dicho reconocimiento lo antes posible.
Esta mañana, mientras lloramos por las almas de las víctimas de Nagasaki, prometo que redoblaré mis esfuerzos para cumplir con esos deberes. Quiero concluir una vez más con mis sinceros ruegos por el descanso de las almas de las víctimas. También quiero extender mis mejores deseos a las familias afligidas y a los sobrevivientes de la bomba atómica. Terminaré mi discurso con la promesa de que Japón defenderá con firmeza los “Tres Principios no Nucleares” y no escatimará esfuerzos para trabajar en pos de la eliminación total de las armas nucleares y el logro de una paz mundial eterna, de manera que el horror y la devastación causados por armas nucleares nunca se repitan.
Shinzo Abe
Primer Ministro del Japón
9 de agosto, 2014